No es un bar kitsch. Es la casa de mi amiga Michelle, mejor conocida como Boo, sitio destinado para los afters. Bautizado así por la famosa pared de las mariposas, fruto por el terror que tiene la mamá de la Boo por los espacios en blanco.
Después de terminar la carrera mi amiga se mudó a España con su novio, de eso hace casi un año. Michelle está en Guadalajara de vacaciones y organizó una fiesta ya se imaginarán dónde.
Ahora que está aquí, cuando nos sentamos a platicar, hablamos de los planes para el futuro, pero también nos acordamos de las tantas tonterías que uno hace en la universidad.
Entre las buenas fiestas, nuestras ideas de jóvenes emprendedoras y todos los trabajos, tenemos recuerdos para rato.
Creo que una de las pruebas de una verdadera amistad es que es a prueba del tiempo y la distancia. Cursi pero cierto.
14.6.06
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