23.3.05

Las vagaciones: Primer día

Estoy pasando una parte de mis vacaciones en una de las ciudades más grandes del mundo: el Distrito Federal. El Defectuoso, la capirucha, Chilangolandia son otras maneras de llamar a esta ciudad controversial, que suele despertar sentimientos encontrados: o la amas o la odias.


Yo me inclino más por lo primero; soy más amante del caos que del orden, prefiero el bullicio a la tranquilidad, el sonido al silencio, soy más prisa que calma. Tal vez esto explique que me sienta como pez en el agua en el metro y los peceros, caminando con gente que si marchara más rápido estaría corriendo.


Mi día comenzó con un buen rato de pecero + metro para llegar al centro histórico. Sabes que donde te estás quedando está lejos cuando tienes que pasar más de media hora trepada en un camioncito para llegar a la estación del metro, que para colmo, es terminal.

Una vez llegada al primer cuadro de la ciudad, me dirigía al Museo Nacional de las Artes que alberga una exposición de Gustav Klimt, uno de mis pintores favoritos.
Uan experiencia muy grata, nunca había visitado este museo antes y es muy interesante conocer el desarrollo del arte mexicano. También estuve buscando una exposición acerca de África pero al llegar al museo, un cartel verde me comunicaba las malas nuevas: Museo cerrado por fumigación.


Ahora estoy escribiendo desde un cyber en Coyoacán, en donde llegué unos minutos demasiado tarde para conocer la casa museo Frida Khalo. Ya me daré una vuelta en el jardín del centro y me beberé una cerveza en un barecito antes de regresar a la casa de mi tía.


En este momento estoy tomando un cafecito del jarocho y un cigarrito para no perder la costumbre, un traguito a su salud.